domingo, 13 de noviembre de 2016

Moverse entre Mundos

Hace años que mi mundo se amplió a capas más sutiles que la que vemos a simple vista. 
El manejo de la energía de mi entorno, mi propia energía y la que el Universo nos regala cada segundo se convirtió en algo habitual para mí. 
Esto hizo que mi visión del mundo se ampliara tanto que si tuviera que describirlo podría decir que me siento en lo que yo llamo "la posición de testigo". Veo la partida desde fuera, desde un lugar que me da perspectiva y claridad suficiente para divisar la situación general en todas sus dimensiones (o al menos, en las dimensiones que soy capaz de percibir). Es como si nada tuviera límites, como si no hubiera horizonte o fin. Todo es infinito, inacabable, inabarcable... Y al mismo tiempo, maravilloso.
Podría perderme en esta visión de las cosas pero la materialidad, el día a día, la "realidad" mundana me trae de vuelta y puedo sentirme orgullosa de saber que mis pies pisan tierra.
Pisar tierra me da cordura, raíz, me asienta y me ancla. Así que como dice la frase "Vuelo, pero con los pies en la tierra".

El caso es que esta perspectiva hace que me tenga que mover en distintos planos a lo largo del día muchas veces. O a lo largo de la semana, muchos días. O a lo largo de mi jornada laboral, muchas horas.
Mi madre se ponía negra conmigo cuando era pequeña porque sitio nuevo al que iba, sitio donde acababa hablando como los lugareños, o comportándome como ellos. Mi madre achacaba esto a "falta de personalidad". Pero lo que no "veía" era que esa capacidad no era un defecto, sino algo que hoy en día se ha desarrollado de tal manera que me permite poder moverme entre planos ahora que mi capacidad es extensible a otros lugares además del plano material. Puedo estar aquí o allí pareciendo que soy de aquí o de allí según donde esté. Puedo "mimetizarme" si alterar ni un momento lo que dentro de mí se guarda y que se despliega siempre que se hace necesario de una forma más patente o más sutil. Depende del contexto. Depende de la gente. Depende de lo que haga falta.

He transitado muchas veces, he caminado muchos caminos y he sentido muchas cosas y hoy por hoy puedo decir que el mayor aprendizaje de todos ha sido darme cuenta de lo importante que es cuidar de tu interior. Cuidar de tí hasta amarte sin condiciones. Conocerse tan bien que entiendas perfectamente el motivo por el que te comportas de tal o cual manera. Qué te pertenece a tí. Qué pertenece al otro. 
Exactamente igual de importante es cuidar tu cuerpo, tu materia, aquello con lo que te mueves en la Tierra. Ama tu cuerpo incondicionalmente, escúchalo y sigue sus mensajes. Te ayudarán a Vivir esta Vida que Es Aquí y Ahora. 
Y al final, procura materializar aquello que sabes  y que has aprendido a lo largo de tantos y tan duros caminos y honra aquello que no sabes porque aquello que no conoces también está ahí, EXISTE y ES
Vive la Vida que es esta y con este cuerpo. Vive tu vida amando el lugar en el que estás, rodéate de gente que sepa, como tú, lo que es haber transitado distintos caminos. Y si no lo saben, inspíralos, ayúdalos y sostenlos hasta que sientas que es el momento de dejarlos volar o caer solos. Porque vida solo hay una y debes cuidarte. Pero no olvides mientras tanto, volar a otros lugares, a otros mundos más sutiles donde te vuelves infinito y te puedes desplegar en toda tu magnificencia.
Eres la Fuerza de tu Existencia. Y es algo que no debemos olvidar.




"Haceros reyes de vuestro propio reino porque sólo desde allí y con la Fuerza y el Coraje del Amor Propio podréis conquistar otros mundos".

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